Según relata Pepe Madero, vigilante nocturno de la sede popular, luce una larga bufanda evanescente y se rie sarcásticamente en varios idiomas. (Incluso en una extraña variedad de catalán íntimo, que a él le suena familiar por ser de Reus).
Mimaki fue un creativo publicitario que abandonó el oficio para dedicarse a la vida contemplativa. En la actualidad se le podría catalogar como manipulador digital a tiempo completo, o rompepelotas disidente part-time. Considerado peligroso, va armado con un Mac G-5 del que no duda hacer uso indiscriminadamente.
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