Mientras el malo y el feo de la trama se lamen las heridas, el horroroso afila, torvo, el cuchillo roto de la conspiración... (Además de cansinos, jartibles...que dice mi tía la de Huelva)
Mimaki fue un creativo publicitario que abandonó el oficio para dedicarse a la vida contemplativa. En la actualidad se le podría catalogar como manipulador digital a tiempo completo, o rompepelotas disidente part-time. Considerado peligroso, va armado con un Mac G-5 del que no duda hacer uso indiscriminadamente.
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