Ya sabemos que su sonrisa inspira menos confianza que una piraña en un bidé, pero haga usted un esfuerzo Don Mariano. La sonrisa cuesta menos que la electricidad, pero da más luz.
Mimaki fue un creativo publicitario que abandonó el oficio para dedicarse a la vida contemplativa. En la actualidad se le podría catalogar como manipulador digital a tiempo completo, o rompepelotas disidente part-time. Considerado peligroso, va armado con un Mac G-5 del que no duda hacer uso indiscriminadamente.
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