Coplero parisien con el son de un cantaor de jazz neoyorkino, swingueando un tango por los Mares de China. Sensacional arrabalero malagueño, el muy canalla.
Mimaki fue un creativo publicitario que abandonó el oficio para dedicarse a la vida contemplativa. En la actualidad se le podría catalogar como manipulador digital a tiempo completo, o rompepelotas disidente part-time. Considerado peligroso, va armado con un Mac G-5 del que no duda hacer uso indiscriminadamente.
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