Entre las arriolescas directrices bajoperfileras y la natural pereza del gallego, se ha juntado la holgazanería con las ganas de clapar. Cuidado Sorayita, que un día de estos te puede caer un manotazo.
Mimaki fue un creativo publicitario que abandonó el oficio para dedicarse a la vida contemplativa. En la actualidad se le podría catalogar como manipulador digital a tiempo completo, o rompepelotas disidente part-time. Considerado peligroso, va armado con un Mac G-5 del que no duda hacer uso indiscriminadamente.
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