Se ha revestido Federico con el capote de grana y oro y, jurando venganza torera sobre el Cossio, ha bordado de pasodobles la piel de toro, con el tronío de un español encastado y la alegría de un clavel liberal.
Mimaki fue un creativo publicitario que abandonó el oficio para dedicarse a la vida contemplativa. En la actualidad se le podría catalogar como manipulador digital a tiempo completo, o rompepelotas disidente part-time. Considerado peligroso, va armado con un Mac G-5 del que no duda hacer uso indiscriminadamente.
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