jueves, 8 de abril de 2010
CAMPANADAS
Mientras campanarios ultramontanos tocan a gloria y en
polvorientas estancias judiciales repican campanillas victoriosas,
las campanas mayores de la democracia internacional doblan a
duelo con la honda resonancia de las causas justas.
Sonoro clamor que retumba en una desértica Plaza de Oriente,
donde cuatro energúmenos decrépitos sostienen la vieja
pancarta en la que aún se puede leer:
SI ELLOS TIENEN ONU, NOSOTROS TENEMOS DOS.
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