lunes, 13 de septiembre de 2010
FAHRENHEIT 2010
Aunque deteste los best-sellers religiosos, nunca justificaría
la quema de ningún libro, por muy sagrado que sea.
Ni los cientos de miles que quemó el ardoroso Cardenal Cisneros,
ante el asombro de los estudiantes de la universidad de Alcalá de
Henares, ni el único ejemplar que pretendía quemar el ardiente pastor
Terry Jones , ante el regocijo de Rupert Murdoch, José María Aznar,
Carlos Dávila, Luis del Pino y Monseñor Rouco Varela, entre otros.
No se puede sustituir el pensamiento por la barbarie, ¿verdad Adolfo?.
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