OJO AL PARCHE

Mi primer recuerdo de un tuerto pertenece al gigantesco Goliat, que
repartía mamporros en los tebeos del Capitán Trueno.
Años más tarde, cuando estudiaba publicidad, el siguiente tuerto que
se cruzó en mi camino anunciaba camisas en EE.UU bajo el nombre
de "El Hombre de Hathaway", un canoso aristócrata cuyo elegante
parche en el ojo se analizaba como un mito visual del marketing
de los años 50.
No mucho después, la Guerra de los 6 días nos mostró el telegénico
parche en el ojo del general Moshe Dayan, retransmitido en directo
por Jesús Hermida desde los Altos del Golán.
Y más recientemente, me tomé más de una copa con un colega
de Sabina: " El Pirata cojo con cara de malo y parche en el ojo..."
Pero la cosa no se acaba ahí.
Ahora, Intereconomía (ese torito guapo del Fary), nos ofrece en vivo
y en directo un telediario presentado a pachas por el despotricante
Eduardo García Serrano y un relamido derechoide con parche en el
ojo, que atiende por José Javier Esparza.
Sin entrar en consideraciones que harían las delicias de más de un
psicólogo argentino, solo añadiré que José Javier, entre otras perlas
cultivadas, ha perpetrado unl libro titulado "Los ocho pecados capitales
del arte contemporáneo", y se ha quedado tan ancho
Ojo al parche, amigo. La noche menos pensada te puede mirar un tuerto.