Cuando Felipe González sale de su jarrón chino de ex presidente, pide la legalización de las drogas. Cuando lo hace José María Aznar, flipamos en colores. Parece igual, pero no es lo mismo.
Mimaki fue un creativo publicitario que abandonó el oficio para dedicarse a la vida contemplativa. En la actualidad se le podría catalogar como manipulador digital a tiempo completo, o rompepelotas disidente part-time. Considerado peligroso, va armado con un Mac G-5 del que no duda hacer uso indiscriminadamente.
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