CLASES DE PHOTOSHOP

sábado, 31 de octubre de 2009

jueves, 15 de octubre de 2009

LOVEPIES-2


Un territorio donde nadie es extraño, por raro que parezca.
Un barrio que enamora: Lovepies

miércoles, 14 de octubre de 2009

YO ESTUVE ALLÍ


Aquí donde me veis tan dicharachero, tengo más años que la Tana.
Tantos como para haber colaborado con el Partido Comunista
de España en las primeras Elecciones Libres de nuestra Democracia.
Aquel 15-J (19 escaños que supieron a gloria) más de un publicitario
comprometido sacó pecho después de haber temblado.
Yo no sólo estaba entre ellos, sino que fuí el camarada
responsable del combativo "Pon tu voto a trabajar" y otros mensajes
tan románticos como "Emplea tu voto contra el paro",
"Desarma con tu voto al terrorismo", "Siéntate en la Cortes",
"Házte un hombre a los 18 años" (glup!), etcétera.
La verdad es que fué una hermosa experiencia.
Trabajamos semi-clandestinamente en un legendario piso franco
de la Guindalera, terstigo presencial de la represión franquista,
desde el que acudíamos a inquietantes reuniones con un jovencito
Carlos Zaldívar (nuestro actual Hombre en La Habana) quien,
pipa en mano y dialéctica marxista humeante, representaba al
Comisario de Propaganda (Charly) perfectamente literario.
Como es lógico, las contardicciones del sistema originaron
toda clase de situaciones hilarantes en aquel local del Partido
que (horror, terror y pavor) estaba situado el mismo corazón
del Barrio de Salamanca.
Hubo días en que se condideró la posibilidad de limar gráficamente
la punta de la Hoz, y otros en los que se se cuestionó el peso
iconográfico del Martillo.
En cierta ocasión, un Director de Arte enfervorecido aseguró
haber descubierto el pantone exacto del rojo eurocomunista.
Y en todo momento, el equipo habitual de investigadores
estructuralistas se enzarzó en morrocotudas disquisiciones
sobre el sexo de los ángeles electorales.
Nunca olvidaré el dia que presentamos la campaña ante
el Comité Central en pleno, Tamames incluido.
Después de escuchar hierática el jingle electoral
("No tenemos nada más que la fuerza que nos das,
pon tu voto a trabajar..."), Dolores Ibarruri sacó un pañuelo
blanquísimo para enjugarse lo que todos supusimos que
era una lágrima.
Don Santiago, más pragmático, nos invitó posteriormente
a una mariscada.