La compra de mi primer Mac coincidió con el cambio de sistema operativo y la supuesta ambivalencia me tuvo en un sinvivir.
Mi segundo Mac, un G-4 cuyo doble procesador requería
la ventilación de una ensordecedora turbina que un día
salió volando, acabó siendo considerado como un equipo
irreparablemnte obsoleto.
Mi actual Mac es un G-5 que, vaya por Dios, no pertenece a la
generación Intel con lo cual, entre otras cosas, el Photoshop
se me está quedando para vestir santos.
¿Que sorpresas me aguardan cuando cambie al nuevo iMac?
En fin querido Steve, admiro tu afán de ir siempre por delante,
pero no sabes cuanto me cuesta seguirte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario